Sea Libre Donde Esté

Una guía práctica para vivir con plena consciencia

$6.99 US
Parallax Press
On sale Jun 04, 2024 | 9781952692741
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La libertad no nos la da nadie; debemos cultivarla nosotros mismos.


Este compendio de las enseñanzas fundamentales de Thich Nhat Hanh, basado en una charla impartida en la Institución Correccional de Maryland en Hagerstown el 16 de octubre de 1999, muestra cómo la práctica de la atención plena puede cultivar la libertad sin importar dónde nos encontremos. A lo largo del día en la prisión, los reclusos mostraron gran interés en la charla de Thich Nhat Hanh y le formularon numerosas preguntas. Las enseñanzas y las respuestas que dio a las preguntas planteadas pueden aplicarse a cualquiera de nosotros, dentro o fuera de la prisión.
Por calidez


QUERIDOS AMIGOS, el siguiente poema lo escribí durante la Guerra de Vietnam después de que la fuerza aérea de los Estados Unidos bombardeara el pueblo de Ben Tre. Ben Tre es el pueblo natal de mi colega, la hermana Chân Không. Las fuerzas de los Estados Unidos destruyeron por completo el pueblo porque ahí había cinco o seis guerrillas. Más tarde, un oficial declaró que se había visto forzado a bombardear y destruir Ben Tre para salvarlo del comunismo.

Este poema tiene que ver con el enojo.

Sostengo mi rostro entre ambas manos.
No, no estoy llorando.
Sostengo mi rostro entre ambas manos
para mantener cálida mi tristeza —
dos manos protegiendo,
dos manos nutriendo,
dos manos impidiendo,
que mi alma me abandone enojado.

Estaba muy enojado. No era mi ira únicamente, sino la ira de toda una nación. La ira es una clase de energía que nos hace sufrir a nosotros mismos y a quienes nos rodean. Como monje, cuando me enojo, práctico el cuidar de mi enojo. No dejo que cause sufrimiento o que me destruya. Si cuidan bien de su enojo y son capaces de hallar alivio, podrán vivir felizmente con mucha alegría.

*Véase Thich Nhat Hanh, “For Warmth”, en Call Me by My True Names (Berkeley, Parallax Press, 1999).

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La libertad no nos la da nadie; debemos cultivarla nosotros mismos.


Este compendio de las enseñanzas fundamentales de Thich Nhat Hanh, basado en una charla impartida en la Institución Correccional de Maryland en Hagerstown el 16 de octubre de 1999, muestra cómo la práctica de la atención plena puede cultivar la libertad sin importar dónde nos encontremos. A lo largo del día en la prisión, los reclusos mostraron gran interés en la charla de Thich Nhat Hanh y le formularon numerosas preguntas. Las enseñanzas y las respuestas que dio a las preguntas planteadas pueden aplicarse a cualquiera de nosotros, dentro o fuera de la prisión.

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Por calidez


QUERIDOS AMIGOS, el siguiente poema lo escribí durante la Guerra de Vietnam después de que la fuerza aérea de los Estados Unidos bombardeara el pueblo de Ben Tre. Ben Tre es el pueblo natal de mi colega, la hermana Chân Không. Las fuerzas de los Estados Unidos destruyeron por completo el pueblo porque ahí había cinco o seis guerrillas. Más tarde, un oficial declaró que se había visto forzado a bombardear y destruir Ben Tre para salvarlo del comunismo.

Este poema tiene que ver con el enojo.

Sostengo mi rostro entre ambas manos.
No, no estoy llorando.
Sostengo mi rostro entre ambas manos
para mantener cálida mi tristeza —
dos manos protegiendo,
dos manos nutriendo,
dos manos impidiendo,
que mi alma me abandone enojado.

Estaba muy enojado. No era mi ira únicamente, sino la ira de toda una nación. La ira es una clase de energía que nos hace sufrir a nosotros mismos y a quienes nos rodean. Como monje, cuando me enojo, práctico el cuidar de mi enojo. No dejo que cause sufrimiento o que me destruya. Si cuidan bien de su enojo y son capaces de hallar alivio, podrán vivir felizmente con mucha alegría.

*Véase Thich Nhat Hanh, “For Warmth”, en Call Me by My True Names (Berkeley, Parallax Press, 1999).